El pasado sábado 26 de julio, el Poder Judicial anunció la suspensión por un mes de la jueza Irene Rodríguez, magistrada que quedó en el centro de la polémica por dejar en libertad a Alberto Carlos Mejía Hernández, el presunto sicario del conocido «Rey de Meiggs». Hasta ahora, la jueza había guardado silencio, pero finalmente ha decidido hablar sobre la medida disciplinaria en su contra.

En declaraciones a 24 Horas, la magistrada Irene Rodríguez se refirió por primera vez a su situación, mostrando una notable calma. «No puedo asegurarles qué va a pasar con la resolución final. Lo que sí les puedo decir es que yo estoy muy tranquila», afirmó, destacando su profundo compromiso con la institución a la que pertenece. «Yo siempre he trabajado con muchas ganas en el Poder Judicial, yo amo al Poder Judicial y lo sigo amando», expresó.

Rodríguez reiteró su inocencia en la cadena de errores que culminó con la liberación de Mejía Hernández. Sostuvo que la sanción impuesta «es lo que corresponde» en el marco de un proceso del cual, aseguró, ni siquiera conoce los detalles completos. «Yo sé lo que dije esa noche, no tengo nada más que decir», subrayó con firmeza.

La jueza fue enfática en delimitar su responsabilidad, explicando que su última actuación fue la correcta. «Mi último oficio fue la orden de una prisión preventiva (…) firmada a las 08:28 de la audiencia, y desde ahí nunca más he firmado un oficio», detalló.

Finalmente, reveló un dato crucial sobre el error: Rodríguez aseguró que en el documento que ella firmó, el nombre del imputado ya estaba mal escrito, y afirmó desconocer quién fue el responsable original de esa equivocación.