La tensión se cortó en seco cuando Pía abrió el sobre y leyó el nombre que nadie quería escuchar. En pleno “React” de Mundos Opuestos, todos pensaban en romance, pero se toparon con la peor de las reacciones: la famosísima friendzone. Hasta aquí llegaron los besos, las miradas cómplices y la ilusión de un amor de telenovela. Pero el destino –y un chat en vivo– tenían otro plan para Alan Didier.

Desde el inicio del versus, cada emparejamiento dejó en evidencia quién tenía la habilidad de cortar de raíz el “te llamo” y el “¿cómo estás?” con un simple: “Bueno, mejor como amigos”. Primero fue la feroz competencia entre Alan y Eyal Meyer, dos pesos pesados del reality, pero el público sacó la calculadora y apostó por el chico de Temuco. Según la encuesta en el chat, el 53 % votó por Alan cuando se enfrentó a Valentina Concha, su propia actual pareja. Un momento que provocó un silencio sepulcral: ¿sería capaz de dejar en la friendzone a quien abraza cada mañana?

Luego vino la ronda Samira versus Vale, y Pía lo dejó claro: Valentina tiene el don de convertir un beso en un apretón de manos emocional. La audiencia prorrumpió en risas nerviosas. Nadie vio venir el duelo definitivo: Alan contra Eyal. Fue ahí cuando se reveló el verdadero poder de Alan: no necesita palabras altisonantes, solo un gesto efusivo… y luego el corte más frío que una helada tarde de invierno.

En el clímax, con la mirada fija en la cámara y un dejo de suficiencia, Pía soltó la frase que quedará en la historia del reality: “Dejó en la friendzone a la Chilota”. Un comentario cargado de mística que generó un vacío de información instantáneo: ¿qué pasó realmente entre él y la misteriosa Chilota? Los murmullos se apoderaron de la pantalla y las redes ardieron.

Y el aludido, fiel a su estilo, solo alcanzó a sonreír. Mientras el chat explotaba con emojis de fuego y de corazón roto, él guardó silencio. Nadie sabe si fue estrategia, arrepentimiento o puro descaro. Pero una cosa está clara: Alan se alzó como el campeón indiscutido de la friendzone.

Tras la final, Valentina salió del encierro con la guardia alta. Al ver el beso de Alan con Eskarcita en un capítulo, sintió la traición y lo encaró con un lapidario: “Me mentiste, no eran besos de amigos”. Él apeló a los abuelos para lavar su reputación y juró por su familia que “no pasó nada”. Un recurso tan antiguo como efectivo, pero ¿bastará para recuperar la confianza?

El Análisis de ChileUno

Alan nos recuerda que en el juego del amor, a veces un beso no basta y un “te quiero” puede sonar a despedida. Se coronó rey de la friendzone con la sutileza de una daga en el corazón, y dejó claro que en Mundos Opuestos nadie está a salvo de quedarse en la banca del cariño.

¿Crees que hubo justicia en la votación o te suena a trampa? Etiqueta a ese amigo que siempre termina en la zona de amigos y déjanos tu teoría.